Abogados divorcios Majadahonda

La separación y el divorcio son dos procesos legales diferentes. La principal diferencia entre uno y otro es que con la separación no se disuelve el vínculo matrimonial, por lo que los cónyuges no podrían casarse con otras personas, mientras que con el divorcio sí se procede a la disolución del matrimonio, pudiendo los cónyuges volver a contraer matrimonio.

La separación se solicita cuando la pareja ya no quiere vivir junta, pero quiere seguir casada para mantener algunas ventajas (fiscales, pensión de viudedad, entre otras), como el vínculo no se ha disuelto si la pareja se reconcilia seguirá estando casada a todos los efectos. Por el contrario una vez producido el divorcio, si los cónyuges se reconcilian seguirán estando divorciados y sin ninguna ventaja o beneficio patrimonial.

Con el divorcio se produce también, ipso facto, la disolución de la sociedad de gananciales, mientras que con la separación no.

Tanto en el divorcio como en la separación para que tengas efectos legales es necesario iniciar un procedimiento judicial, ya sea de muto acuerdo o contencioso donde se regulen las medidas relativas a los hijos en común así como las patrimoniales. La sentencia que se dicte es crucial porque establece las repercusiones legales de la separación y el divorcio, tanto en términos de derechos y responsabilidades personales como en aspectos patrimoniales.

En este sentido es importante manifestar que siempre es mejor intentar alcanzar un acuerdo entre las partes, que vele por el bienestar de los hijos en común así como por la equitativa contribución a las cargas familiares.

En ambos casos, divorcio y separación legal, se impide que uno de los cónyuges pueda heredar abintestato (es decir, en ausencia de testamento) o reclamar derechos legítimos como heredero.

En cuanto a que opción es la más beneficiosa, todo dependerá de cada caso en concreto, por ello contar con un despacho de confianza experto en asuntos familiares como es Perez Matey & Asociados te  explicará de forma clara y sencilla que es lo más beneficioso para ti.

En una separación o divorcio existen, siempre, dos cuestiones sobre las cuales radica la controversia entre los cónyuges, y donde existe mayor carga emocional y dolor, estas cuestiones son:

– ¿Que va a pasar con los hijos en común?

– ¿Cómo se va a contribuir al pago de las cargas familiares, y como se van a repartir los bienes en común?

Pues bien, en relación a la primera cuestión es importante manifestar que existen una serie de medidas que  las partes, ya sea de mutuo acuerdo mediante un convenio regulador, o el Juez, si es de forma contenciosa, se tendrán que adoptar, siempre en beneficio de los hijos, dichas medidas son:

• Patria potestad: es una responsabilidad parental que tienen ambos progenitores de velar por sus hijos, cuidarlos, alimentarlos, educarlos, administrar sus bienes y procurarles una formación integral. Ambos cónyuges tienen, por lo tanto, la potestad para decidir sobre cualquier asunto relativo de sus hijos, ya sea académico, de salud, de religión, etc. En caso de separación o divorcio ambos progenitores tendrán que ponerse de acuerdo en relación a todas las medidas a adoptar, en caso contrario será un juez el que decida por ellos.
• Guarda y custodia: implica determinar con quien van a convivir los hijos comunes del matrimonio. En este caso existe la guarda y custodia exclusiva, donde los hijos vivirán con uno de sus progenitores pudiendo estar en compañía del otro a través de un régimen de visitas, o la guarda y custodia compartida, donde los menores vivirán el mismo tiempo con cada uno de los progenitores, por los períodos que en cada asunto en concreto se determinen.
• Régimen de visitas: se establece a favor del progenitor no custodio para que éste pueda estar en compañía de sus hijos. Cada caso es diferente, por ello el régimen de visitas se establecerá siempre en favor de los hijos y atendiendo a las circunstancias de cada asunto en concreto.
• Pensión de alimentos: ambos progenitores están obligados a contribuir al sostenimiento de los hijos en común, por ello se establecerá que el progenitor no custodio abone una pensión de alimentos a favor de sus hijos, que se calculará teniendo en cuenta los gastos de los menores y los ingresos del progenitor. Cuando se establece una guarda y custodia compartida, no es necesario establecer una pensión de alimentos porque los hijos conviven el mismo tiempo con cada uno de los progenitores. Lo que se hace en estos casos es que se ingresa, por cada uno de los padres, una cantidad de dinero en una cuenta en común para sufragar todos los gastos de los hijos.

En PÉREZ MATEY & ASOCIADOS, encontrarás el asesoramiento y la defensa que necesitas para tu caso, con profesionales que te acompañaran en todo momento.

El régimen económico matrimonial es el conjunto de normas que van a regir las relaciones económicas entre los cónyuges. Los regímenes más comunes son: el de gananciales y el de separación de  bienes.

En España suele regir el régimen económico matrimonial de sociedad de gananciales, aunque existen determinadas comunidades autónomas, como Cataluña, donde el régimen que rige es el de separación de bienes. Sin embargo dicho régimen puede ser modificado por los cónyuges, bien antes de la celebración del matrimonio o bien después del mismo, a través de las capitulaciones matrimoniales, que se formalizan ante Notario. Si dichas capitulaciones matrimoniales no se otorgan el matrimonio se regirá por el régimen que haya en el territorio donde contraigan matrimonio.

El régimen económico matrimonial de gananciales viene regulado en el artículo 1344 del Código Civil que dice lo siguiente “ Mediante la sociedad de gananciales se hacen comunes para los cónyuges las ganancias o beneficios obtenidos indistintamente por cualquiera de ellos, que les serán atribuidos por mitad al disolverse aquella”.

El régimen económico de separación de bienes implica que cada cónyuge tiene su patrimonio diferenciado del  otro cónyuge. Cada cónyuge gestiona y administra sus bienes. En caso de que los cónyuges adquieran un bien inmueble, por ejemplo, lo adquieren en pro indiviso (la mitad para cada uno).

El régimen de gananciales coexisten varios patrimonios:

• Los patrimonios privativos formado por los bienes que cada uno de los cónyuges pudieran tener antes de la celebración del matrimonio y los que hayan podido adquirir por donación o herencia. Sobre estos bienes cada uno de los cónyuges tiene
• El patrimonio ganancial que es el que se va formando vigente el patrimonio, por las ganancias de los cónyuges, los bienes que vayan adquiriendo así como también las deudas.

El Código Civil establece en los artículos 1346 y ss la naturaleza ganancial o privativa de determinados bienes.

Así en caso de divorcio si el matrimonio estaba casado en gananciales se tendrá que proceder a la disolución y liquidación de la sociedad de gananciales, repartiendo el patrimonio a partes iguales con independencia de quien lo haya abonado. Por el contrario si el matrimonio estaba casado en régimen de separación de bienes, cada uno de ellos se queda con su patrimonio privativo y si había bienes o derechos adquiridos por los dos se repartirán en la proporción que corresponda acorde con el dinero entregado para su adquisición.

La pensión de alimentos, es una medida que se tiene que adoptar en todos los procedimientos de separación, divorcio o medidas paternofiliales, cuando el hijo menor o mayor de edad no emancipado convive con uno de los progenitores. En este caso el progenitor no custodio, tiene que abonar una pensión de alimentos por cada uno de los hijos para así contribuir a su mantenimiento.

Dicha pensión de alimentos se impondrán en base a dos factores fundamentales:

• Los gastos cotidianos y habituales de los hijos en ese momento: tales como gastos académicos, comida, habitación, alimentos, higiene, ropa, etc. Es decir todos los gastos diarios de los hijos que sean previsibles.
• Los ingresos de los progenitores. Si ambos dos perciben unos ingresos similares, cada progenitor tendrá que contribuir al 50% para el sostenimiento de los gastos. Si por el contrario un progenitor percibe unos ingresos muy superiores al del otro, se podrá imponer una pensión de alimentos en proporción a lo que perciba cada uno, a fin de que el nivel de vida de los hijos no se vea mermado.

Junto a la pensión de alimentos también se tiene que establecer la contribución a los gastos extraordinarios. Como gastos extraordinarios se entiende que son todos aquellos que no se pueden prever y que surgen de manera extraordinaria: por ejemplo la necesidad de uno de los hijos de unas gafas o de un aparato dental, un viaje del centro escolar, una excursión o una clase extraescolar, entre otros. En este caso ambos progenitores deberán de estar de acuerdo en dicho gasto, y contribuir al mismo al 50% a no ser que exista una gran disparidad de sueldos entre los progenitores que provoque una contribución proporcional a dichos ingresos.

La pensión de alimentos se tendrá que abonar hasta que el hijo común sea independiente económicamente.

Si bien como las circunstancias pueden variar con el paso del tiempo, en caso de que una vez decretada la pensión se produzcan cambios sustanciales que hagan necesario el incremento o reducción de la misma se tendrá que instar el correspondiente procedimiento de modificación de medidas.

Cuando un matrimonio decide poner fin a su relación y proceder a disolver el vínculo matrimonio, hay que iniciar el correspondiente procedimiento de divorcio. Sea de mutuo acuerdo o contencioso en ambos casos hay que acudir a un procedimiento judicial, si bien si existe mutuo acuerdo tanto los gastos, como el tiempo como el desgaste emocional será menor. Pasamos a continuación a exponer cada una de los procedimiento legales para obtener un divorcio, y en consecuencia todas las medidas civiles tanto personales como económicas que van a regir a partir de dicho momento.

En un divorcio de mutuo acuerdo, ambos cónyuges están de acuerdo en los términos principales del divorcio, tanto en lo relativo a los hijos en común como en la contribución a los gastos familiares. En estos casos, se suele redactar un convenio regulador, donde se recogen todas las medidas que van a regir a partir de ese momento: patria potestad, guarda y custodia, régimen de visitas, pensión de alimentos, pensión compensatoria, contribución a los gastos del domicilio familiar, etc. Este convenio se adjunta a una demanda de mutuo acuerdo, que se presenta ante el Juzgado de Primera Instancia del último domicilio familiar, teniendo que ir, posteriormente, los cónyuges a ratificar el mismo a sede judicial, dictándose por el Juez una sentencia que recoge todos las medidas que se contienen en el convenio regulador. No hay juicio en sentido estricto sino simplemente un mero trámite de ratificación del convenio previamente firmado por los dos cónyuges.

En un divorcio contencioso: los cónyuges no han sido capaces de llegar a un acuerdo sobre las medidas personales y/o económicas que van a regir desde ese momento, motivo por el cual tiene que ser el Juez el que las estipule, en función de las pretensiones de cada una de las partes.

El proceso judicial contencioso es mucho más largo, más costoso y supone, como es obvio, un mayor desgaste emocional para las partes. Por ello desde el despacho de abogados Pérez Matey & Asociados siempre aconsejan alcanzar un acuerdo,  si bien es cierto que en muchas ocasiones no es posible no existiendo otra alternativa que tener que plantear la demanda de divorcio contenciosa.

Independientemente de si tu divorcio se inicie bien de mutuo acuerdo o contencioso lo cierto es que es crucial  contar con asesoramiento legal competente. Un abogado especializado en derecho de familia puede proporcionar orientación esencial, ayudar a negociar y redactar acuerdos y, si es necesario, defender todos tus derechos e intereses en un procedimiento contencioso.